«Se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo. Desde luego, serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al movimiento, aplicándoles castigos ejemplares a dichos individuos, para estrangular los movimientos de rebeldía o huelgas.»

Mola, el director de la conspiración, en los meses previos al golpe de estado fue dando estas consignas a sus colaboradores. El mismo día 19 de julio volvió a recordársela a los alcaldes de Navarra:

«Hay que sembrar el terror; hay que dejar la sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros.»

Material extraído del libro:
OLTZA 1936. Víctimas de la represión en la Zendea.
(Altaffaylla, 2016)
Autores: Jesús Aldaba y Joaquín Iraizoz.