Nació en Pamplona, en la calle Pellejería, actual Jarauta, el 17 de enero de 1905, hijo de Gregorio
(Pamplona) y Tomasa (Oderiz). Sus abuelos maternos fueron Manuel y María Cruz. Se casó en
1928 con Bárbara Oyaga Flores, natural de Liédena, hija de Javier Oyaga Pozas y Antonia Flores
Gallues. Tuvieron dos hijos: Antonio y Marisol de seis y cuatro años respectivamente en el momento
de la muerte de su padre. Vivían en la calle Lindatxikia, nº 4.

Su hijo, Antonio, nos cuenta detalles sobre su padre, especialmente de sus últimos días:

«De profesión era pintor de automóviles y agente comercial colegiado, además de desempeñar la labor de músico en la banda La Pamplonesa Se encontraba afiliado
al sindicato UGT, en el que desempeñó el cargo de representante del sector carrocero». (Jimeno Jurío consideraba que «era de la Casa del Pueblo», y que tenía mucha relación con la familia Bengaray).
El día 14 de agosto de 1936, Isidro fue detenido cuando se encontraba en su puesto de trabajo, en las antiguas instalaciones de taller-garaje Doria, en la calle Paulino Caballero nº 1 de Pamplona, ingresando en la cárcel ese mismo día. Permaneció en
ella hasta el día 30 de agosto de ese mismo año, día en el que 
es puesto en libertad por orden del Gobernador Civil, de fecha 29 de agosto de1936, según consta en los documentos del expediente procesal con número de registro de ingreso 7742. En esta fecha fue liberado junto a otras 8 personas.
Al día siguiente, fui testigo de cómo un grupo de requetés uniformados y armados (ostentando visiblemente un escudo del sagrado corazón cosido en sus vestimentas)
se presentaron en nuestra casa para llevarse a mi padre. A pesar de 
que yo tenía en
ese momento 6 años, conservo un recuerdo muy vivo de estos 
hechos que relato.
El grupo de requetés registró la vivienda requisando libros y una máquina de 
escribir que Isidro poseía. Cabe señalar que mi padre, además de sus actividades en
el sindicato UGT, representando al gremio de carroceros, destacaba por ser 
una
persona de grandes inquietudes en el ámbito de lo social, cultural y político, 

desarrollando diversas actividades en estos campos y poseía una importante 
colección de libros y publicaciones relacionados con todas estas materias.
Los 
terribles momentos vividos en casa cuando se presentó el grupo de requetés, 
provocaron el desmayo de mi madre, y quedaron vivamente grabados en mi 
recuerdo. En ese momento, mi padre no se encontraba en casa porque se había 
marchado a la de un íntimo amigo suyo que vivía en la calle Mayor, precisamente 
para darle la noticia de su excarcelación. Nunca más volvimos a verle.
Con toda probabilidad, quienes ese mismo día habían estado registrando nuestra
casa y requisando las pertenencias de mi padre, le habrían estado espe
rando para apresarlo y posteriormente fusilarlo.
Según consta en certificado de defunción y en la inscripción fuera de plazo, mi
padre fue fusilado en Ororbia, el 1 de Septiembre de 1936.

Mi familia quedó absolutamente desamparada y sin ningún tipo de ayuda, ni 
parroquial ni de ningún otro estamento o institución. Solamente gracias a que mi
madre trabajó muy duramente pudimos salir adelante».

Un testigo, Cecilio Losada Fernández, declaraba en 1946:

«Que por haber visto el cadáver de don Isidro Mencos Rosain, le consta
el fallecimiento del 
mismo ocurrido en Ororbia, el día primero de Septiembre».

La viuda de Isidro, Bárbara Oyaga, falleció en Tudela en 1993, a la avanzada edad de 92 años.
Los hijos de Isidro y Bárbara fueron bastante conocidos en la Navarra de la segunda mitad de siglo.
Antonio destacó como fotógrafo, autor de varias publicaciones y exposiciones. Por su parte, Marisol
fue más conocida por su matrimonio con el tudelano Isidro Marín, uno de los toreros más importantes
de nuestra tierra.