Este joven jornalero, afiliado a la CNT, fue detenido 27 de julio de 1936, permaneciendo en la cárcel pamplonesa tres meses. Durante este tiempo escribió varias cartas a sus padres y hermana, hecho más bien raro entre los detenidos de Larraga, según resaltan los que han investigado la represión del 36.
Martín había nacido en Larraga el 7 de diciembre de 1916. Hijo de Pedro García García y de Casilda Mañeru Lasterra, sus abuelos paternos fueron Dámaso y María y los maternos, Braulio y Robustiana. La familia vivía en la calle de San Miguel.
En los registros de la prisión provincial figura que entró en ella el 27 de julio de 1936, saliendo «en libertad» el 26 de octubre de 1936, para ser inmediatamente asesinado en Ibero. Tenía solo 19 años de edad y estaba soltero.
Fue inscrita su defunción en 1941, declarando como testigos del expediente Jesús Sánchez Rodríguez y Cosme Vidarte Lecea. Aportó un interesante certificado el párroco de Larraga Martín Anaut Tellechea en el cual decía:
«Que según comunica el párroco de Ibero el día 26 de octubre de 1936, fue enterrado en dicho pueblo el cadáver del joven de 19 años, natural de esta villa, Martin García Mañeru, hijo de Pedro y Casilda mis feligreses».
Esta comunicación de Alberto Oficialdegui la enviaría unos pocos meses antes de su muerte. Sin embargo, no realizó la correspondiente inscripción en su libro de difuntos. Contradicciones de aquellos oscuros y terribles años.
Recogemos algunos extractos de una de las cartas que envió a la familia:
«Pamplona a 22 de 10 de 1936 (4 días antes de la muerte). Queridos padres y hermana. Sirva esta para decirles que me encuentro bien, gracias a Dios. El motivo de escribirles es para decirles que el martes vino la de la señora Juana a verme. Le pregunté por todos y le pedí que le dijera a usted que me mandara una camisa».
Cabe pensar que cuando llegara la camisa, Martín ya había sido «puesto en libertad» para ser asesinado.