Pedro nació en Ibero el 22 de febrero de 1901, era el mayor de los hermanos. Por su parte, Anselmo vino al mundo en el mismo lugar, un 22 de marzo de 1903. Eran hijos de Lino Iturria Osacar (Ibero, 1873) y
Micaela Elizalde Arteta (Astrain, 1877). Sus abuelos paternos fueron Miguel José (Lanz) y Evarista
(Ibero) y los maternos Martín (Astrain) y Brígida (Soracoiz). A destacar la nota sobre el padrino de Anselmo,
un tal Anselmo Osacar, natural de Ibero pero residente en Buenos Aires por lo que «en su nombre sacó de
pila Brígida Arteta su abuela».
Había apadrinamientos por poderes.

La historia de esta familia nos la ha descrito primorosamente José Andrés Huarte emparentado con Pedro Iturria:

«Nos situamos en la última década del siglo XIX, cuando Lino Iturria Osacar, natural de Ibero, contrajo matrimonio con Mikaela Elizalde Arteta, natural de Astrain (Nafarroa). Se instalaron en Ibero, en una casa de alquiler (en casa Atos- tarra de la Plaza San Juan, según Erburu), pues su situación económica era muy precaria. Lino debía tener una habilidad especial para la pesca y al carecer de tierra para el cultivo, la pesca en el río Araquil era la base de la economía familiar para lo que se valía de una pequeña embarcación y unos trasmallos. Mikaela era la que se desplazaba a Irunea para vender el pescado en el mercado de Sto. Domingo.
El matrimonio tuvo siete hijos: Eugenia, fallecida antes del 36 al dar a luz, Pedro, Felipa, Anselmo, Juana, Jesusa e Isidora. Anselmo puede aparecer como Vitoriano, pues así lo inscribieron en el registro, pero su madrina quería que se llamase Anselmo y así le llamaron desde el principio. Los hijos eran los que ayudaban en lo que podían a su padre, incluso de forma furtiva con anécdotas de escaparse de la guardia civil que los perseguía.
Chascarrillos normales que ocurrían en los pueblos con los agentes de la autoridad. Cuando los hijos crecieron, dada la situación de precariedad y sin perspectivas de
futuro en Ibero, se desplazaron en 1921 los hijos mayores de la familia a Irunea
(en 1929 se trasladaría el resto de la familia), a un piso sito 
en Avda. de Gupuzkoa nº 69, esquina con la calle Ferrocarril. Pedro y Anselmo comenzaron a trabajar en la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, formando parte de una brigada de 7,6 empleados y un capataz.
En la época, para encontrar trabajo, era necesario afiliarse a un sindicato: Pedro se afilió a la CNT y Anselmo a UGT. Pedro era un militante activo y su hermano sólo tenía el carnet. De su talante solidario hay una anécdota ilustrativa. En Cáseda hubo una catástrofe y fueron a echar una mano. A la vuelta trajeron, para cuidarlo, a un niño que se había quedado en la indigencia. Cuando se solucionó el problema, volvió a su pueblo. uando terminó la guerra, el niño, ya mayor, vino a Irunea para ver a sus cuidadores y se encontró con que los habían fusilado.
Otro hecho ilustrativo era que cuando se encontraban con un mendigo (muy numerosos en aquella época) subían a casa y le cogían a la madre lo que tenía y se lo daban con alguna perrilla para que tomasen un vino en la bodega de la esquina de casa. Eran desprendidos y lo poco que tenían lo compartían con los necesitados.
Cuando estalló la guerra, como se ha indicado, formaban parte de una brigada de 7 trabajadores de RENFE. Su sentido solidario les llevó a refugiar en su casa a compañeros perseguidos como un tal Herranz (fusilado) trabajador del Plazaola. Sintiéndose perseguidos, la novia de Pedro, natural de Elizondo, le dijo que podía pasarle al otro lado de la frontera. Él le respondió que de huir, lo hacían juntos y ella le respondió que sólo podía pasarle a él, por lo que desistió.
A los pocos días, los requetés detuvieron a los 7 de la brigada. De madrugada, 3 o 4 de la mañana irrumpieron en su casa y se los llevaron por la fuerza, a la cárcel de los Escolapios. Una hermana, Jesusa, fue a interesarse por su situación y la única explicación que le dio un guardián carcelero fue: ‘vete a tu casa si no quieres que te cortemos el pelo al cero y te demos aceite de ricino’. Asustada se marchó del lugar y fue la última información que se tiene de los hermanos que, según los pocos rastreos documentales que se han logrado, fueron fusilados el 17 de agosto del 36 en la fosa de Ibero, aunque algún rumor diga que se encuentran en la cantera de Cizur. Pedro contaba con 35 años y Anselmo con 33».