Nació en Artariain (Leoz, Valdorba / Orbaibar) el 6 de marzo de 1901, hijo de Tomás Salinas Irisarri
y de María Beorlegui. Se casó el 24 de noviembre de 1926 en Guetadar (Ezprogui), con Petra Armendariz Garayoa,
nacida en Uzkita en 1904, con la que tuvo cuatro hijos. Vivían en Pamplona, en el barrio de la
Milagrosa (casa Basterra), según consta en anuncios de prensa y Anuario del Comercio de la época.
Trabajaba en la capital como lechero en su vaquería de la Milagrosa. Estaba afiliado a Izquierda Republicana,
según un testimonio y al Partido Comunista según otros.
Acerca de su detención, hay versiones que se diferencian en algunos detalles.
Parece que se refugió en su pueblo y fue denunciado por algún familiar, siendo detenido el 26 de julio de 1936
(Diario de Navarra del 28) y trasladado a la cárcel de Iruña (o al Fuerte). Lo sacaron el 8 de agosto para asesinarlo
en Ororbia. Según el listado de la cárcel y la inscripción del Juzgado «falleció» en Ororbia el 9 de marzo de 1937.

Otra versión matiza que estaba en Sabaiza (cerca de su pueblo), ayudando en las tareas de la siega cuando fue detenido.
Al parecer, Tomás quiso salvar la vida  de Aniceto Rodrigo, de Cáseda, cuando le buscaban fascistas
de su pueblo. La noticia del Diario parece corroborar este testimonio. Los dos fueron asesinados.
El expediente de inscripción de defunción lo solicitó la viuda Petra Armendáriz en 1941 y en él testificó
Jesus Adin Remón:

«Que conocí a don Tomás Salinas Beorlegui y le consta que el mismo falleció a consecuencia del Glorioso Movimiento Nacional el día 9 de Marzo de 1937 y se halla enterrado en término Municipal de Ororbia donde ha visto el cadáver del mismo». 

Testimonio de Carmen Salinas Armendáriz.
Amapola del Camino/Bideko Mitxingorria, 2015.

 

«Cuando estaban indagando la posible existencia de huidos, uno del vecino valle de la Vizcaya, denunció la presencia de dos en Sabaiza. Cuando el camión llegó al pueblo los dos denunciados, Tomás Salinas y Pedro Garayoa, se encontraban segando en el término de Sariandi, donde fueron detenidos y, después de registrar la casa del suegro de uno de ellos, trasladarlos al Fuerte de San Cristobal. Al poco, Pedro saldría en libertad, no así Tomás, que al cabo de ocho meses sería asesinado en término de Ororbia.
     Era muy conocido en la Valdorba por haber faenado como pastor en el valle, antes de trasladarse a Pamplona para trabajar como lechero».
     «Los bajaron al pueblo y allí registraron la casa de mis abuelos y encontraron un trabuco viejo y roto y por ese motivo querían matar también a mi abuelo, querían matarlo allí mismo y entonces ocurrió algo. Resulta que había un hombre de Cáseda que estaba escondido y estaba viendo lo que pasaba, creyendo que lo buscaban a él y que presentándose los libraba a los otros, así lo hizo. Pero su grandeza, ese gesto tan valiente, no sirvió de nada, pues se llevaron a los tres a la cárcel de Pamplona; unos días más tarde, a ese hombre que se llamaba Rodrigo, no sé si de apellido o de nombre, lo sacaron y lo mataron en Lecaun.
Al primo de mi padre Perico
Iriarte Garayoa lo pudieron sacar libre y fue a la Argentina donde murió. Y a mi padre lo tuvieron hasta el 9 de marzo de 1937, que lo sacaron a las 5 de la mañana y según reza en la defunción está en el término de Ororbia, pero aún no sabemos donde».